domingo, 19 de abril de 2009

Señor, muéstranos al Padre y nos basta

Felipe lanzó esta petición tan atrevida al Señor: "Señor, muéstranos al Padre y nos basta" (Jn 14,8). ¡Parece mentira!, no había descubierto todavía que Jesucristo era uno con el Padre, algo que nosotros sabemos desde pequeños, desde que nos enseñaron el dogma de la Santísima Trinidad. Pero Felipe no pedía una clase de teología, ni una catequesis, estaba pidiendo ver al Padre, tener experiencia del Padre.

Creo que Felipe no se equivocó. Pidió lo mejor que podía pedir y a la persona correcta, al único que se lo podía conceder, porque Jesucristo es la Palabra que existía en el principio, que estaba junto a Dios, y que era Dios (cf. Jn 1,1).

La respuesta de Jesús aparentemente es un reproche, hasta cierto punto desconcertante: “¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros y no me conoces, Felipe?” (Jn 14,9). Pero es sencillamente la realidad. Si Felipe pidió ver al Padre es porque le faltaba conocimiento del Padre, y siendo Jesús y el Padre uno (cf. Jn 10,30), podemos decir que le faltaba conocimiento de Cristo. Pero lo importante es que desde esta posición, de humildad, y de deseo de conocer al Padre, a través de Cristo, él no lo niega. A continuación, en los siguientes versículos, Jesús comienza una de las más profundas revelaciones del misterio Trinitario de Dios contenidas en la Escritura.

¿Cuál sería la valoración del Señor acerca de nuestro conocimiento de Dios? Tal vez no mucho mejor que la que hizo en relación a Felipe. Pero hay una diferencia, a Felipe no le importó reconocer que a pesar de tanto tiempo siguiendo al Señor, el conocimiento que tenía de él no era mucho, y con simplicidad pedir al Maestro que le mostrase al Padre. Nosotros tal vez ni siquiera lo pedimos.

Ahora ya conocemos la respuesta de Jesús: “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” (Jn 14,9), y sabemos que “a Dios nadie le ha visto jamás: el Hijo Unigénito, que está en el seno del Padre, él lo ha contado” (Jn 1,18). Pero dejemos que nos lo cuente, pidamos verle. No nos conformemos con nuestro pobre conocimiento, y digamos como Felipe: Señor, muéstranos al Padre y nos basta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario